PASOS HACIA LA NUEVA CULTURA POLÍTICA
Carta abierta dirigida a todos los políticos republicanos de México:
Les doy este presente escrito, a todos los políticos de la República Mexicana, sin importar si son de izquierda, derecha, de MORENA, del PRI, del PT o del PAN.
Esta es una queja justa, no solo de la derecha, o como algunos lo llama, «PRIAN». No es una queja de un partido de derecha para desacreditar al de izquierda, ni una queja motivada por razones partidarias.
Es una queja de la boca de la historia, y del deseo verdadero.
Muchos problemas se pueden resolver mirando al pasado, y se pueden prevenir muchos más. Y tras mucho meditar, nosotros, los verdaderos historiadores, racionales, y no dogmáticos como los pseudohistoriadores de la historia oficial.
No es sobre si «el PRI robo mas», si el «PAN ya no es de derecha» o si «Morena es el peor partido», es sobre que no basta con que, después de la hegemonía del PRI, participaran mas partidos políticos.
La corrupción no proviene de un solo partido, y el malestar del país no proviene de un partido, proviene de un sistema enfermo, que ha destruido sistemáticamente a todo aquel que ha intentado mejorar el país.
No va desde los 1900, sino más atrás. Va desde el nacimiento del país.
Me viene a la mente un fragmento de la obra, Imperio, donde Maximiliano I de México se lamenta, diciendo: «¡Ay, hijos de Huitzilopochtli!». Eso somos, somos hijos de un Huitzilopochtli, que asesina a quienes lo intentan ayudar.
Cada vez que un ilustre intenta ayudar, termina exiliado, calumniado, ignorado, y asesinado. Iturbide, Maximiliano, incluso Porfirio Díaz... Vasconcelos.
Y para evitar que la réplica de los «antimalinchistas» no vaya muy lejos, hay miles de empleadores mexicanos que intentaron hacer todo al margen de la ley, y al ver las corrupciones y las trabas, renuncian, diciendo que «el sistema está tan corrupto que si uno intenta hacerlo legalmente, no lo deja». Miles de mentes mexicanas, que al ver la falta de oportunidades, y los ríos de sangre, emigran para no volver jamás.
Todo esto empezó con el derrocamiento de Agustín de Iturbide. Al contrario de la historia oficial, manipulada y masónica, era amado por el pueblo. El pueblo lo declaró emperador.
Sólo por intereses de un grupo de mexicanos mezquinos liberales, y apoyados por la masonería y Estados Unidos, fue derrocado y exiliado.
México cometió parricidio, al fusilarlo. Mató a su propio padre, a sus ideas de igualdad y unión con el fin de libertad.
Santa Anna lo derrocó, y ¿luego que? En las repúblicas pasa eso. La «mafia del poder» no es de un partido, o de derecha o izquierda. La mafia es la misma, solo cambian los representantes. Da igual si es del PAN, o Morena.
Ustedes se aferran a la «democrática república».
Es un síndrome de Estocolmo. No es democracia, porque no es por el bien del pueblo, sino para su propio beneficio. No funciona cuando las masas no saben lo que quieren; son manipulables. Es como poner a un grupo de niños a que hagan una operación. A que manejen. No sabrían lo que hacen.
Todos representan su papel: querer llegar al poder, con la ayuda de su partido, partido que promete y promete, y al llegar al poder, sólo gobierna para los suyos, con la excusa de que «es la mayoría».
La democracia no es incompatible con la monarquia; de hecho, según Aristoteles, la república era «una monarquía, una aristocracia, una democracia», todo junto.
Si la monarquía decaía, se hacía tiránica. Si la aristocracia decae, se hace oligárquica. Si la democracia decae, se hace anárquica. Si la democracia es ignorante, populismo.
Mexico nació Imperio. Antes de la Conquista, había un monarca. En el Virreinato, había rey. Con Iturbide hubo emperador.
Además, ahora la monarquía puede ser constitucional. Paises monárquicos, como Suecia, tienen los índices mas altos de democracia y transparencia, y son una monarquía.
El pueblo podría participar en un parlamentarismo que refleja la voluntad popular en un primer ministro, cuya certeza se tiene a medida que el emperador cuida sus acciones sean constitucionales.
El emperador refrendaría leyes que no perjudiquen al pueblo, de ahí que está el parlamento para mediarlo.
No nos llamen, «tiranos», «fascistas», «fundamentalistas», porque son una proyeción de quienes sin moderación lo sueltan a cualquiera.
Tiranos, porque sólo gobiernan por el beneficio de su partido, peor que fascistas, comunistas. ¿Los que se llaman socialistas o comunistas, no se acuerden de la represión, los millones de muertos, miles más que los nazis? Fundamentalistas ustedes, que niegan toda verdad histórica y solo repiten consignas. Hablan con la neolengua de Orwell, y reescriben la historia para que no ofenda a nadie (de ustedes) y que no los contradigan.
Y este sinfín de ideas que tengo, flotando por ahí, concluye en una cosa: Mexico es un imperio. Nosotros tenemos derecho de nacimiento, de restaurarlo, a medida que lo difundimos. Nacimos príncipes, y unos usurpadores nos han quitado la corona.
¿Con violencia? Jamás. Primero morir antes que derramar sangre mexicana, pero México será Imperio, tarde o temprano, con la venia o no de unos republicanos que serán moralmente debilitados.
Y será pronto.
Isabella Vidaurreta. @SSarchib