HOMICIDIO DE INGRID ESCAMILLA
Mucho se habla recientemente del atroz homicidio de Ingrid Escamilla a manos de su pareja sentimental, identificado como Erik Francisco, pues este, no bastándole el haberla asesinado, la desolló. La atrocidad del crimen captó atención mediática, y fue bandera, con justa razón, de una situación de violencia imperante, pero también fue bandera de la retórica feminista de la violencia de género: usando la imagen, ciertamente atroz del asesino de Ingrid, para satanizar la posición del varón en la sociedad mexicana.
Creemos firmemente que la retórica que se plantea, anunciando el hecho, nuevamente, como un "feminicidio", genera división social y distorsiona el foco de atención que debe haber: el esclarecimiento de la situación, el juicio y encarcelamiento del homicida.
Tipificar el caso como "feminicidio" es justo, no porque creamos en el "feminicidio", o porque exista, objetivamente, este, sino porque esta figura jurídica es la que más se pena, por tanto habría de ser la justa. El planteamiento a posteriori radica en la cuestión de que si los papeles de sexo estuvieran invertidos ¿por qué no debería ser una mujer juzgada con igual severidad? La atrocidad de un caso como este no radica en que si la víctima era o no mujer, o que si el victimario era o no varón, sino que se trata de la violencia encarnada contra una persona, cuyos derechos deben ser igual de protegidos en la justicia mexicana.
En el Movimiento Conservador Verde creemos firmemente que la figura jurídica de "feminicidio" debe ser eliminada, y enfatizar las condenas del homicidio doloso en virtud del respeto de la vida humana. Las condenas de homocidio tienen de base en la Ciudad de México ocho a veinte años de prisión, mientras que el feminicidio tiene de base veinte a cincuenta años de prisión. Es absurdo una condena por "razones de género", lo cual es subjetivo, por lo que lo sensato es subir las condenas para que la tipificación de homicidio sea capaz de dar garantía penal para juzgar todos los asesinatos, que son, por su propia naturaleza e independientemente de los sexos involucrados en él, atroz e inhumano.
Jorge Luis Pimentel. @JLPimentelM
Líder Nacional del Movimiento Conservador Verde.