EL SUEÑO REVOLUCIONARIO: ES SÓLO ESO
Verdaderos villanos de la nación
"La guerra existirá siempre mientras existan intereses encontrados entre los hombres" Bernardo Reyes.
¡Oh! México lindo y querido, te han mutilado y saqueado tantas veces, que duele solo contarlas. Tu historia está plagada de tantos traidores a la patria, criminales, gente sin escrúpulos que te juró proteger y lo único que pudo hacer fue ultrajarte y escupirte en la cara y, lo peor de todo, te obligó a rendirle culto.
Es así como la identidad nacional se ha ido configurando en un mar de mentiras las cuales nos han nublado la vista, haciéndonos ciegos ante la grandeza de nuestro país.
Por ello, y con motivo de la Revolución mexicana, me gustaría recordar la verdadera historia de aquella rebelión fratricida y antipatriótica.
Un futuro brillante.
Tras años de guerras estériles, México poco a poco recuperaba el aliento en un periodo que se denominó Porfiriato, pese a los gris del personaje de Porfirio Díaz, es innegable que su dictadura propició el ambiente adecuado para el desarrollo económico del país, durante el porfirismo:
México figuraba entre los primeros lugares en el mundo en exportación de petróleo, plata, ganadería, algodón, henequén, se construyeron obras portuarias, mercados, escuelas; la hacienda pública operaba con un superávit, había crédito internacional la balanza de pagos se hallaba equilibrada, en 1904 el dólar cotizaba a $2.00 pesos
De 1850 a 1900 la población aumentaba a razón de 40,000 habitantes por año, en de 1900 a 1910 aumentaba de 150,000 habitantes por año.
1904 se inaugura el edificio de Relaciones comerciales primer edificio importante construido con concreto.
1910, el Ing. Juan Guillermo Villasana construyó un avión totalmente construido en México.
Antes del mandato de don Porfirio había 3,749 ranchos y 6,684 haciendas, al finalizar su mandato había 8,431 ranchos y 48,635 haciendas. El peón agrícola tenía asegurada casa, comida y salario
1909, se fundó la Caja de Préstamos para la Agricultura y Fomento a la Irrigación, así como se llevaron a cabo estudios sobre nuevas formas de irrigación y para aumentar la producción agrícola.
1908. Se inician préstamos agrícolas para impulsar el desarrollo de la Comarca Lagunera, que llegaría a ser una de las más ricas del país.
Se construyeron presas para el mejor aprovechamiento del campo, ejemplo: la presa la boquilla en Chihuahua.
Desde 1890 se construyeron diversas plantas cerveceras en 100% mexicanas con prestigio internacional.
Este era el panorama de México antes del conflicto armado, lo cierto es que no había participación democrática y los sistemas de justicia y el periodismo estaban profundamente intervenidos a favor del ejecutivo y los oligarcas, un panorama bastante parecido al actual salvo por el claro progreso económico.
Entonces intervino Washington.
A partir de 1902, el descubrimiento de grandes yacimientos petrolíferos en México despertó la codicia delas grandes potencias y rompió el delicado equilibrio y la relativa paz que habían prevalecido durante tres décadas. En octubre de 1909, el presidente de los Estados Unidos, William Howard Taft, convocó a Porfirio Díaz a una entrevista confidencial en El Paso, Texas. El contenido de la reunión ha sido un misterio absoluto hasta el día de hoy. Un año después, en noviembre de 1910, barcos de guerra norteamericanos rodearon las costas de México, y en medio de condiciones que aún permanecen ocultas, inició el derrumbe de Porfirio Díaz y comenzó la Revolución mexicana.
Dice el prólogo de la novela "Secreto 1910".
La codicia y la falta de moralidad son los ingredientes perfectos para iniciar cualquier guerra; la revolución de 1910 no fue la excepción, solo se necesitó un ideal, propaganda y financiación bélica. Este ideal fue dado por un hombre bueno e ingenuo que no veía maldad en sus mecenas, un joven idealista que soñaba con un México poderoso y democrático. Nunca se imaginó que hubieran intereses obscuros tras de él. Este hombre se llamaba Francisco I. Madero que, sin darse cuenta, fue un títere más de Norte América, uno que se desechó en cuanto empezó a incomodar.
En 1910 presenciamos una disputa más entre los los magnates norteamericanos y los británicos por el dominio del territorio Latinoamericano, no fue de ninguna manera coincidencia que bajo los mismos ideales se iniciaran guerrillas en Cuba, Nicaragua, Panamá y sobre todo en México, para poseer sus recursos. Y México era importantísimo por sus yacimientos petroleros, un combustible que a pasos agigantados suplantaría al carbón y sería de vital importancia para la Primera Guerra Mundial.
Los ángeles de la muerte que operaron en la región en beneficio del dueño de la Standard Oil, John D. Rockefeller, fueron el embajador norteamericano William Lane Wilson quien movía el armamento y estaba detrás de las guerrillas de Pascual Orozco y Emiliano Zapata, y por otro lado estaba Sherburne Gillette Hopkins, abogado de la compañía Waters-Pierce Oil, quien se desempeñó como la mano derecha del gobierno estadounidense para organizar las rebeliones y los golpes de Estado de América Latina. Todo esto con el propósito de robarle a lord Cowdray el control de la compañía Mexican Eagle, que controlaba el 58% del petróleo de México. Con el fin de que la Water Pierce Oil, subsidiaria de la Standar Oil Company , tuviera el poder de los campos petroleros y la minería mexicana. Fue así como la Mexican Eagle se convirtió en el centro de guerra entre los Estados Unidos y Reino Unido.
Podemos concluir que, una vez más, fuimos engañados por la oficialidad de la historia que pone en pedestales a traidores a la patria y en estacas a los héroes nacionales, la revolución no nació de los mexicanos, fue un atentado contra México por parte de verdaderos monstruos que aún hoy en día siguen destrozando al país.
Paulina Carrera @paulinacarrera49 - Instagram.