CEGUERA PRESIDENCIAL: LA "TRANSFORMACIÓN" TERCA

En el marco de la celebración del "AMLO Fest", un acontecimiento gubernamentalmente irrelevante, financiado además con recursos de la presidencia que se tornan en un evento propagandístico que parece demostrarnos que el presidente López Obrador es incapaz de aceptar a un año de ganadas las elecciones que una actitud proselitísta ya debe cesar, y que lo que debe imperar es la seriedad propia de las instituciones de gobierno. Lamentablemente el presidente Andrés Manuel no solo no ha cesado con una actitud proselitista, comportandose como hace poco más de un año en plena campaña, sino que su necesad, actitud y visión cerrada a la "cuarta transformación de la vida pública del país" lo han hecho renegar de instituciones, datos y visiones que de tomarse en cuenta podrían mejorar el rumbo del actual gobierno, que en lo particular, no ha tomado uno correcto.
La presidencia de Andrés Manuel parece posicionarse como una presidencia estrafalaria, no por el lujo con el que los funcionarios propios de la misma deseen vivir, sino que el sexenio lopezobradorista desea la conducción de un importante número de programas sociales, construcciones de instalaciones, una de ellas el doble de cara, por la corta visión de su vida útil y el proceso que permitiría su construcción, el Aeropuerto Internacional de Santa Lucía, que significaría, explicando en un sentido breve, el despilfarro del doble del costo del AISL, por lo tenido que gastar por la cancelación del NAICM. Además la presidencia de López Obrador tiene una romántica visión que busca la refinanciación de PEMEX, una idea que no precisamente es inadecuada en sí misma, sino que por el contexto en el que la presidencia desea obtener dinero, indicandonos que Andrés Manuel ha destinado casi la totalidad de los recursos a programas y proyectos, dejando en 0 el margen de posibilidades de dinero extra para este tipo de acontecimientos financieros, que aunado a una incertidumbre sembrada de parte del presidente para con el sector privado, han orillado a México a una estimación de crecimiento lejos de la prometida.
México está imposibilitado de refinanciar PEMEX con cómodos margenes para el Gobierno federal, esto por la incertidumbre en la posibilidad de la capacidad de pago del mismo para con prestamistas, y un entorno redituable para con los inversionistas.
México está incapacitado de generar una gran cantidad de nuevos empleos, como los prometidos, porque México es un país de incetidumbres para con el sector privado, pues además de habersele satanizado, el Gobierno de México no ha preparado correctamente el panorama para que estos se pueda desarrollar. El programa "Jóvenes Construyendo el Futuro", a pesar que puede ser benefíco para la capacitación laboral, no representa generación de empleos, pues su "sueldo" es dado por el mismo gobierno.
México está incapacitado de un desarrollo sostenible, porque la visión del Gobierno se ha centrado en la continuación de la generación de hidrocarburos, en esta ocasión del "rescate" de PEMEX, cuyo panorama augura incomidades financieras para la presidencia. Desde el inicio de la presidencia de López Obrador, este no ha mostrado ninguna novedosa política en materia ambiental.
México no obtuvó resultados inmediatos en materia de seguridad, como se había prometido. No obstante, el Movimiento Conservador Verde logra entender la paciencia con la que se tiene que llevar el asunto, pues la Guardia Nacional no está al 100% todavía, sin embargo el coraje de los mexicanos radica en la desidia con la que el presidente busca negar datos precisos, además de oficiales que señalan que el comienzo de este sexenio ha resultado fracasados en esta materia.
México desde la presidencia de López Obrador se ha convertido en foco de la perversión y la persecución ideológica, propia de las ideologías que han, y siguen buscando, la institucionalización de su doctrina e intolerando las ajenas, como lo han hecho los lobbys LGBT, la ideología de género y el aborto.
En lo que mi particularidad me permite ver, es dañino para México la inobjetividad con la que el presidente maneja las cosas, su incongruencia para con sus actitudes de campaña, y el autoritarismo con el que señala de perversas a las instituciones que no comulgan con sus datos, muchas veces imprecisos.
Jorge Luis Pimentel. @JLPimentelM
Líder Nacional del Movimiento Conservador Verde.